El estilo de vida que hemos llevado hasta el momento, difícilmente permitía pararse a pensar y valorar lo que sí tenemos. Desde que nos levantábamos por la mañana ya no dejábamos el horario imposible a seguir de forma saludable. Los niños al cole puntuales, la casa arreglada decentemente, la nevera llena, la comida preparada, ir al trabajo, trabajar eficientemente, descansar 10 minutos para por la tarde seguir teniendo energía para volver al trabajo, para la vuelta de los niños del cole, el extraescolar, los deberes, la ducha, la cena, la menos máquina de jugar…. y todo, de buen humor. Y un día y otro y otro y otro…..sencillamente agotador.
Difícil pensar en cómo ir evolucionando nuestro hogar mientras los niños van creciendo y nosotras nos hacemos mayores. Pero sí, llega un día que sí. Ellos ya son menos dependientes, empiezas a valorar tus ‘horas libres’ y te das cuenta que te apetece, y mucho, poner al día esos muebles que ya no te procuran esa alegría que un día sí te dieron.
Los muebles están bien, en buen estado y qué falla? el acabado. Con el paso del tiempo los muebles barnizados se desgastan. Muchos barnices acaban amarilleando y pierdendo las propiedades para las que fueron aplicados. Incluso pueden estar en buen estado pero ese brillo….ya no…ya no va con los hogares y decoraciones actuales. Se busca un acabado mucho más natural, auténtico: la madera natural.
Así pues, manos a la obra y a decapar. Se quita el barniz viejo con decapante. Una vez aplicado con brocha, se deja actuar y se elimina con la ayuda de las espátulas o lana de acero. Una y otra vez, poner y quitar y así toda la pieza. Es de gran ayuda pensar que al terminar, te espera una buena ducha y una mejor comida 🙂
Es un buen cambio, se aprecia mucho mejor toda las vetas de la madera. Se aclara el color. Ganar luminosidad y calidez!!!!
Ahora que ya está claro que de forma individual esa pieza decapada en madera natural ha ganado mucho, es el momento de pensar en cómo combina con el resto de muebles que ya hay. La respuesta es agradable, porque es positiva. La madera natural encaja tanto en un entorno moderno como en uno más clásico. Seguro que si echas un vistazo a tu alrededor, encontrarás esa pieza que te pide a gritos la puesta al día. Actualízala, te gustará!
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